Las noticias que se difunden en América Latina y el mundo sobre
Ecuador se sustentan, como fuente primaria (de origen), de los diarios
nacionales que -en su mayoría- son propiedad de empresarios que
mantienen una postura de oposición y ataque permanente contra el
gobierno del presidente Rafael Correa.
Lo que parecería ser una práctica periodística común y corriente, en
realidad es una acción coordinada para debilitar la reputación de los
gobiernos que impulsan procesos de cambio en la región.
Juan Manuel Fonrouge, presidente de la Unión Latinoamericana de
Agencias de Noticias (ULAN), sostuvo que existe una metodología
idéntica, una correlación entre los medios de la región que
tradicionalmente defienden proyectos políticos-elitistas.
Existen varios ejemplos de esta “unidad” de criterio. Uno de ellos es
la demanda planteada por el presidente Rafael Correa contra tres
directivos y el ex jefe de Opinión de diario El Universo por injurias,
un delito tipificado en el Código Penal ecuatoriano y al que recurren
miles de ciudadanos cuando ven afectada su honra.
Los diarios de América Latina dieron por cierto todas (sin
exageración) las versiones publicadas por diario El Universo (parte
interesada) sobre supuestas injerencias del presidente Correa en el
sistema de justicia para torcer el fallo a su favor.
Diarios como The Washington Post, The New York Times, Fohla de Sao
Paulo, El Tiempo de Bogotá, Le Soir de Bélgica o El País de España,
dedicaron editoriales y artículos de opinión para analizar el fallo,
condenatorio, al que calificaron como atentatorio a la libertad de
expresión y a la independencia judicial.
Los citados medios y muchos otros miembros del Grupo de Diarios de
América (GDA) implementaron una “cruzada de solidaridad” hacia la
empresa ecuatoriana, propiedad de los hermanos César, Carlos y Nicolás
Pérez.
La “cruzada” fue toda una arremetida mediática, lo que en Ecuador se
conoce como “periodicazos” en los que no se ahorraron epítetos y
calificativos contra el mandatario elegido legítimamente en las urnas,
en noviembre de 2006.
“Tirano”, “dictador”, “autoritario”, que “abusa del poder”, que
ejecuta una “implacable campaña contra la libertad de expresión”, que
también incluye “acosar a sus críticos y forzar al cierre de televisoras
independientes”, que “le ha declarado la guerra a la prensa del mundo”,
que ha infligido un “serio daño a la vida democrática” al “perseguir
judicialmente y lograr un castigo contra el diario que publicó críticas a
su gestión”.
Las “criticas” a la gestión no eran tales; en realidad se trataba de
la acusación por un crimen de lesa humanidad contra el presidente
Correa, lanzada alegremente por Emilio Palacio, quien fungía como jefe
de Opinión del rotativo.
Los "prestigiosos diarios", sin embargo olvidaron o pasaron por alto
los principios establecidos en los códigos deontológicos de la
profesión: respeto a la verdad, diferenciar con claridad entre
información y opinión, respeto a la presunción de inocencia y enfrentar
las versiones sobre un hecho.
Otro ejemplo más reciente fue la tergiversación sobre el cierre de
varias radioemisoras, medida establecida por la Superintendencia de
Telecomunicaciones y basada en la ley de Radio y Televisión.
“Correa pone a la prensa contra la pared”,
publicó diario El País, de España -el 11 de julio de este año-, en base
a comentarios disfrazados de información, firmados por Paúl Mena Erazo,
corresponsal del medio en Ecuador. El titular precedía a una reseña de
cómo el Gobierno cerró una veintena de radios y cadenas de televisión en
“una batalla contra la prensa en la que los periódicos fueron las
primeras víctimas”.
La objetividad de Mena está en duda pues, además de colaborar con
diario El País y con la BBC, es parte del Foro de Periodistas,
organización gremial contraria al régimen, y de Fundamedios, ONG
financiada por la USAID, cuyo director, César Ricaurte, participa
activamente como político al punto que ha asegurado que es posible
vencer a Rafael Correa en las urnas.
A nivel local, las
acciones coordinadas se han hecho visibles a través de campañas
mediáticas como alertando sobre supuestas amenazas contra la libertad de
expresión o de una línea editorial similar en los medios predominantes.
Un ejemplo de esto: el 26 de agosto de 2011, Diego Cornejo,
presidente de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Periódicos
(Aedep) enviaba un email a los editores de los diarios agremiados con
instrucciones precisas para la publicación de un alegato rechazando la
querella contra El Universo, en el caso de la demanda planteada por el
mandatario.
Cornejo ordenaba a los medios de la Aedep embargar la información hasta determinada hora y luego publicar coordinadamente: “Esta información debe ser embargada hasta la hora de la presentación formal, es decir, a
las 15:30 de esta día viernes 26 de agosto de 2011, en que
concurriremos a la Corte Provincial de Guayas, el director ejecutivo de
la AEDEP, Diego Cornejo Menacho, y uno de los abogados de la
Asociación, el doctor Juan Francisco Guerrero.
Solicitamos
comedidamente que dispongan el registro de la presentación del alegato
en sus medios y la difusión del contenido de nuestra alegación, de
inmediato, antes de la audiencia de juzgamiento convocada para el
próximo martes 30.
Artículo publicado el 07/30/2012 en www.andes.info.ec
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