martes, 18 de febrero de 2014

El hombre del corbatín o el insólito caso del candidato que no votará ni por él mismo

A dos días del cierre de la campaña electoral, y en la víspera de la elección seccional del domingo 23 de enero donde los ecuatorianos deberán elegir a más de cinco mil dignidades (alcaldes, prefectos, presidentes de juntas parroquiales) los comicios adquirieron una característica que roza en el realismo mágico.

Estuve hurgando en la memoria para tratar de hallar un hecho que se le asimile al que voy a relatar, pero realmente no lo encontré. Se trata del pintoresco candidato a la alcaldía de Quito por Pachakutik, Milton Castillo, que había pasado desapercibido durante el periodo de campaña electoral, pero que este martes cobró notoriedad al pedir a los ciudadanos que voten por Mauricio Rodas, postulante del movimiento de centro derecha (más de derecha, realmente).

“Yo no he renunciado a mis principios, tengo profundas diferencias con el candidato Rodas, yo voy a votar por Rodas”, dijo Castillo a Ecuadorinmediato.

Incluso, Castillo, que se ha paseado por los barrios de Quito luciendo un singular corbatín (que hace recordar al no menos pintoresco candidato guayaquileño Humberto Mata), pidió a sus amigos que no voten por él, que voten por Mauricio Rodas.

“Yo votaré personalmente por Mauricio Rodas”, reiteró en nombre de la democracia y del "voto útil" ante la insistente pregunta del periodista de Ecuadorinmediato quien le planteó si pensaba renunciar a su candidatura.

Este súbito apoyo a la candidatura de Rodas, justo en momentos en que salió mal parado de un debate con Augusto Barrera, le mereció al hombre del corbatín el llamado de atención de Humberto Cholango, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) que desautorizó a Castillo para hacer semejante planteamiento a nombre de Pachakutik.

Es extraño que otros dirigentes –que se caracterizan por la profusión verbal y la escasez conceptual- como Lourdes Tibán no hayan salido a poner en su sitio a Castillo, que seguramente no llegará a la alcaldía de Quito, pero que quedará en la historia política del Ecuador como una triste anécdota.